Mucho finde largo, muchas idas y pocas vueltas.

Mucho Dolina leìdo, mucha poesìa callejera echa canciòn.

Mucha dicha, poco amor.

Les dejo un pedacito de esto.

Preta.

(...)Eso si, nadie debe confundir el amor con la dicha. Al contrario: a veces se piensa que amor y pena son una misma cosa. Especialmente en el barrio del Angel Gris, que es tambien el barrio del desencuentro. Las historias amorosas de los tiempos dorados son casi siempre tristes. Esto no basta para afirmar que todos los romances fueron desdichados: sucede -tal vez- que el arte necesita nostalgia. No se puede ser artista si no se ha perdido algo. Los poemas de amor satisfecho aparecen como una compadrada de mercaderes afortunados. Por eso los poetas de Flores buscaban el desengaño, porque pensaban que cerca de el andaba el verso perfecto. Casi todos quedaban en la mitad del camino. Manuel Mandeb veia las cosas de un modo mas complicado. Admitia que la pena de amor conducia al arte. Pero tambien sostenia que el proposito final del arte es el amor. La recompensa del artista es ser amado (...)

Fragmento de HISTORIAS DE AMOR (Por Alejandro Dolina).