Para que este sitio no decaiga, ni entre en conflicto con problemas matriarcales o de crisis de identidad, paso a comentarle a mi no tan abultada, pero càlida "hinchada" que en breves tendremos en las calles paceñas circulando poesia. Ojo¡ eh¡
Posteo un poemita a continuacion, porque demasidas vacaciones me tomè ya...
Dos labios rojos
no vuelven a ser los mismo
una vez que,la madrugada los sorprende
buscandose en el refugio de alguna perdida calle
de la ciudadDos labios rojos
con sabor a nadiedibujan en silencio
imponentes sonrisas de cotillon
Dos labios,que pronuncian el "nunca"y se juegan el acento en el jamàs
Dos labios destinados
en estos tiempos
a desencontrarse
çpara fundirse en otras bocas,
mientras alguien llora
tras una puerta
Dos labios nunca son beso
sino los reclama primero
un labio compadre
para una efimera y natural
muestra de afecto
¿porque no de amor?
Los torpes
(Artículo de Manuel Vicent)
Las discotecas cierran a las ocho de la mañana porque hay gente muy torpe que necesita mucho tiempo para ligar. Si todos lo jóvenes fueran realmente seductores, la noche terminaría enseguida. A la una de la madrugada cada pareja estaría en su respectiva madriguera trabajando el amor y en las salas de fiestas sólo quedarían los camareros, pero ahora en la seducción también hay democracia y la música de las discotecas no cesa hasta que no liga el más desgraciado del local.
Cenados y bien acicalados, los jóvenes inician la competición pasada la medianoche. En la oscura parrilla del viernes o del sábado, las mesnadas se concentran para abrevar en los lugares consabidos antes de que se efectúe el disparo de salida. Entonces se les ve avanzar en hacinados automóviles hacia las salas de fiestas traídos por una estrella de láser que desde el espacio les indica el camino. Dentro de cada discoteca se produce muy pronto una selección natural. Los rostros más atractivos se buscan entre ellos, las miradas más sugestivas comienzan a crear nudos ineludibles, el aura de unos cuerpos se va acoplando de forma magnética a otros cuerpos similares. Todo el trabajo de las hormonas se realiza en la primera hora de música.
El resto de la noche ya no es naturaleza, sino un subproducto cultural.
Alrededor de las dos de la madrugada, a los jóvenes más seductores de ambos sexos ya les sobra el alcohol y la música para alcanzar su objetivo. Gracias a la belleza, la pieza deseada ya está en sus brazos y con ella desaparecen en la oscuridad. Los que no logran superar el primer obstáculo permanecen en la fiesta para ver si surge una segunda oportunidad. Suele ser gente terciada que no liga hasta el aura clareada espoleada por la frustración. En la discoteca sigue la música con el sol en el tejado. Allí sólo quedan los torpes, los que a lo largo de la noche no han encontrado ni una sólo mirada. Dentro del resplandor del día, el cansancio tal vez les deparará otro resto del naufragio. Cuando se agarren a ese madero cesará la música.